INTRODUCCION
Demás está decir que durante la segunda mitad del año 2009 me la pasé buscando compañero y/o grupo para realizar este viaje que nada fuera de lo común tiene. A uno de mis compañeros le dieron las vacaciones en octubre, al otro en enero, el otro no tenía plata, el otro le tenía que hacer motor a la moto y así con cada uno que le realizaba la propuesta de viajar. La cuestión es que llegó febrero y nada: todavía no había conseguido compañero con quién cumplir mi berretín de cruzar la cordillera y mojarme "las patas" en el Pacífico.
Entonces fue cuando me di cuenta del favor que me estaban haciendo cada uno de mis frustrados acompañantes, porque en todos lados que paré me preguntaron a donde me dirigía y cuando yo les daba el destino, asombrados me preguntaban: "y pensas cruzar la cordillera solo".
Seguramente que no es un proeza ni la epopeya del General Libertador, pero evidentemente ante tanto gil que alardea con unas idas y venidas a Córdoba en el día y fanfarronadas similares, es que se me ocurrió pensar que este Don Nadie estaba haciendo algo destacable. Tengo 44 años, estoy pasado de peso (95 kgs.) y mi máquina es un fazer 2009 de Yamaha que adquirí hace unos pocos meses, lo que no me da una gran experiencia con motos grandes.
Me llevé una garrafa de sifón drago y una aerosol de espuma para las pinchaduras, también carguè palancas para sacra cubiertas y pegamento. En la caja de elementos no faltó una luz de leds que se conecta al enchufe tipo encededor que le adicioné a la moto (alguien debería sugerirle a los fabricantes que se los pongan de fábrica ya que todos los accesorios que existen tienen este tipo de conector, incluyendo los GPS. LLevé el cable para cargar el radio y el del celular que también se conectan en el mismo lugar. En todo momento pensé en hacer mis paradas en hotel, nada de categoría, pero en hotel, aunque por las dudas llevé una pequeña carpa iglú y la bolsa de dormir (uno nunca sabe).
Llevé herramientas adicionales a las de la moto como una francesita chica, un buen destornillador (parker y plano) y unas llaves alen. También incluí un pegamento de contacto, uno de silicona, poxilina y la gotita.
No faltó el mejor acompañante que la tecnología nos ha dado: el GPS, y que como mucho de esto no entiendo me ha traído algunos inconvenientes.
El sábado 6 de febrero por la noche tenía todo listo para emprender el viaje y me debería levantar el domingo a las 4.30 AM.
sábado
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